viernes, 8 de abril de 2011

BARRAS Y TONO

Después de tanto tiempo sin saber que decir, después de tantas horas de silencio e incluso después de haberse prometido así misma que no volvería a dirigirle ni una palabra más, separó los labios y decidió hablarle por última vez.

-Ya lo he decidido. Me voy a ninguna parte -. dice Audrey mirando fijamente a los ojos de Pull.- Allí donde mi cabeza apenas puede escuchar mis sentimientos, allí donde el ruido es mayor que la visión. Me voy donde no puedas encontrarme, donde no consiga volverme loca al escuchar tus palabras, donde el mundo entero sea menos cruel que tú y donde las piedras tengan más emociones que las personas –. Pull mira extrañado a Audrey.-  ¿Puedes llegar a imaginártelo? Fondo blanco, horizonte lejano y perfectamente detallado con una línea recta, ruido, mucho ruido. Un ruido más molesto que el pitido del monitor de una cámara de vídeo cuando está en el modo “Barras y tonos” –. Audrey sonríe al recordar su etapa de estudiante.- ¿Te imaginas el poder hablarle a una piedra y sentir que te entiende? El porcentaje de posibilidades de que te entienda una piedra es tan alto como el porcentaje de que tú me entiendas a mí.

Audrey cogió la maleta que había junto a sus pies, se giró y se dirigió hacia la puerta de la habitación. Pull, desde el otro lado de la habitación, observó cómo la chica con la que había compartido los últimos cuatro años de su vida se marchaba y apenas podía hacer algo para remediarlo. Audrey así lo había decidido.

El sonido de la puerta al cerrar hizo reaccionar a Pull, que se había quedado petrificado al escuchar la última decisión de la que ya no era su compañera. El chico corrió hacia la puerta por la que Audrey se había marchado segundos antes. Cogió el pomo con su mano izquierda. Se asomó con la esperanza de encontrar a Audrey en el rellano. Se la había imaginado arrepentida junto a la puerta. Incluso llorando con la maleta en el suelo. Se la había imaginado incluso decidida a volver a entrar en la habitación. Pero no fue así.

Pull se quedó asombrado al contemplar el paisaje que tenía ante sus ojos. A lo lejos podía observar una perfecta línea recta que marcaba el horizonte, un blanco dominaba la escena, un blanco casi cegador, a lo lejos podía observar la figura de una mujer que se dirigía hacia la perfecta línea. Pull dio un paso hacia delante decido a correr hacia ella, pero tropezó con algo que había en el suelo. Miró hacia lo que le había impedido seguir corriendo y para su sorpresa observó una preciosa piedra perfectamente pulida de un blanco intenso.

-Ve hacia ella- dijo la piedra mirando a Pull a los ojos -. No la dejes escapar.

Pull no daba crédito a lo que veían sus ojos. ¿Cómo era posible que una piedra sin ojos pudiera mirarle fijamente a los ojos?

-¡Audrey! - gritó Pull con todas sus fuerzas.

Se detuvo un instante y dedujo que sería normal que no escuchara sus gritos, pues el ruido que había en aquel lugar era incluso más molesto que…

Pull comenzó a correr hacia Audrey.

No hay comentarios:

Publicar un comentario